EL FUNDAMENTALISMO ES UN PELIGRO SOCIAL

POR: FRANCISCO JIMAGUA CARTAGENA

El principal peligro que posee el fundamentalismo en las sociedades, lo es la manera tan asidua mediante la cual promueven odio y violencia contra las personas homosexuales. Sus cometarios con faltas ortográficas, así como con expresiones machistas y clasistas son algunos indicativos de lo equivocados que están.

Según la RAE, fundamentalismo refiere a una Exigencia de sometimiento a una doctrina o práctica establecida’. La palabra intransigente significa que no media, y que las personas se deben guiar, sin protestar, cuestionar y sin utilizar su supuesto ‘libre albedrío’ ante el fundamento eclesiástico.

Observe bien las expresiones homofóbicas que protagonizan muchas agrupaciones fundamentalistas en las redes sociales. Podrá observar que en la manera en la que se expresan, denota mucha ignorancia en quienes se han dejado adoctrinar por el fundamento extremo.

El fundamentalismo provoca un claro choque entre sociedades y religiones. Unas son más extremas que otras, pero la gran mayoría poseen fundamentos tan extremos, que pueden ser nocivos para la sociedad diversa en la que vivimos.

Escuchar y repetir como el papagayo no es correcto. Eso es lo que los líderes fundamentalistas promueven en sus fieles seguidores, quienes siendo fanáticos de la religión, representan ser un grave peligro para la sociedad.

A la vez que miles de personas en el mundo escuchan de sus líderes religiosos condenas y vejaciones en contra de los homosexuales, habrán de repetirlas y promoverlas, por lo que se está creando un perfil de violencia y persecución en contra de la comunidad LGBTT.

El principal factor de riesgo lo son, aquellas familias que han crecido y guidado sus vidas en iglesias totalmente fundamentalistas. Así, si un hijo o una hija de un matrimonio que basa sus creencias en el fundamento extremo, salieran del armario, la respuesta de sus padres podría ser de rechazo y hasta violencia sin ningún grano de sensibilidad hacia sus hij@s.

Otro asunto es que la mayoría de los líderes fundamentalistas poseen gran carisma y persuasión, lo que les permite corroer el pasamiento de sus seguidores. Muchos creerán todo lo que el/la líder religioso (a) dice, aún cuando el mensaje esté envuelto en odio, o dicho mensaje esté dirigido en contra de uno de sus familiares.

Promover ideas arcaicas de siglos pasados en la actualidad es un acto de pura ignorancia, machismo y total fundamento extremo. Los/las fundamentalistas se alejan de cualquier declaración de derechos humanos, basando sus vidas en ideas de tiempos remotos.

Tiempos en los que la mujer no tenía derechos y debía obedecer a su marido en todo, aún cuando este le fuera infiel o le golpeara. No razonan los seguidores del fundamentalismo, no cuestionan, no buscan respuestas, solo siguen a sus líderes tan bañados en la opulencia, los siguen como sonámbulos de la locura.

Los fundamentalistas piden respeto a su fe y a sus creencias, pero son ellos quienes no respetan la dignidad humana y los derechos de aquellas personas a las que acusan de pecadores o de sodomitas.

Así, el fundamentalismo no es compatible ni con la libertad de culto, ni con la democracia y los derechos universales de los seres humanos. Como intransigente que es, el fundamentalismo no media, no razona, no perdona.

Creer en una religión o en un Dios es una cosa, pero violar los derechos de otros, condenarlos, agredirlos o promover violencia en su contra, no es un acto de amor. Los seres humanos debemos educarnos referente a todo aquello que se relacione con nuestro diario vivir.

Es importante no volvernos fanáticos de lo que en su esencia más fehaciente, significa un atentado en contra de la vida, el amor y la dignidad en las millones de personas, que hoy sufrimos la perpetuidad del fundamentalismo en muchas sociedades.

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