Traducido por Dr. Rafael Monserrate, original de una hoja de datos del Center for American Progress. Ref. 1
El público, las agencias encargadas de hacer cumplir las leyes, y el gobierno en general reconocen que la violencia doméstica es un problema serio de salud. Sin embargo cuando se habla de violencia doméstica la gente piensa regularmente en parejas de sexos opuestos que se envuelven en conductas que son física y mentalmente dañinas. La víctima típica siendo del sexo femenino. Pero, aunque menos reconocido, la violencia doméstica también ocurre entre parejas del mismo sexo.
Existen estudios que señalan que la incidencia de violencia doméstica entre parejas del mismo sexo no es diferente a la de parejas heterosexuales. Desafortunadamente, las víctimas de la violencia doméstica en las relaciones del mismo sexo no reciben la ayuda que necesitan. Esto se debe a varias razones, entre ellas, la falta de reconocimiento legal de las relaciones del mismo sexo, el fracaso por parte de las agencias de ley y orden en identificar y manejar de forma apropiada estos casos, y la escasez de recursos disponibles para ayudar a las víctimas de este tipo de abuso.
Para modificar esta situación sería necesario que tanto quienes hacen las leyes, como las agencias encargadas de proveer los servicios sociales reconfiguren los modelos tradicionales de prevención y tratamiento de violencia doméstica para incluir a personas envueltas en relaciones de parejas del mismo sexo.
Como señaláramos anteriormente no existen diferencias significativas en los patrones de relación y maltratos entre parejas heterosexuales y parejas LGBT. A modo de ejemplo en ambas se puede observar que:
- El patrón de abuso incluye un círculo vicioso de maltrato físico, emocional y psicológico llevando a la víctima a sentir miedo, aislamiento y culpa.
- Los abusadores suelen tener desórdenes mentales severos, y fueron a su vez, abusados cuando niños.
- El abuso psicológico es la forma más común de abuso y los maltratadores físicos regularmente chantajean a sus parejas para que mantengan silencio.
- El abuso sexual ocurre con frecuencia en conjunto con el abuso físico.
- No existen diferencias por raza, etnicidad, o estado socioeconómico
Se observan, sin embargo, diferencias significativas en el manejo y atención que reciben las víctimas de violencia doméstica en parejas del mismo sexo. Estas diferencias se deben en parte a que:
- Los maltratantes gay o lesbianas amenazarán a sus víctimas con “sacarles del closet” ante sus compañeros de trabajo, familia y amigos. Esta amenaza se amplifica por el sentido de aislamiento extremo entre víctimas gay y lésbicas porque algunos mantienen aún en secreto su orientación sexual ante amigos y familias, tienen menos derechos civiles y carecen de acceso al sistema legal.
- Las víctimas gay y lesbianas son más resistentes a reportar el abuso a las autoridades legales. Los sobrevivientes pueden que no contacten las agencias de ley porque hacerlo los forzaría a revelar su orientación sexual o identidad de género.
- Algunas víctimas gay y lesbianas se pueden resistir a buscar ayuda por entender que al hacerlo demostrarían falta de solidaridad para con su comunidad. De igual manera algunos hombres gay y mujeres lesbianas pueden esconder el abuso del cual son víctimas en respuesta al miedo de que la sociedad perciba las relaciones entre personas del mismo sexo como inherentemente disfuncionales.
- Las víctimas gay y lesbianas son más propensas a responder las agresiones que las mujeres heterosexuales. Esto puede hacer que las agencias de ley y orden concluyan que la pelea fue mutua, obviando el contexto mayor de violencia doméstica y la historia de poder y control en la relación.
- Los abusadores pueden amenazar con llevarse los niños de la víctima. En algunos estados las leyes de adopción no permiten que los cónyuges de relaciones del mismo sexo adopten los hijos de la otra parte de la relación. Esto deja a las víctimas sin derechos legales si la pareja decide separarse. El abusador puede utilizar los niños como presión para evitar que la víctima se vaya o busque ayuda. Aún cuando la víctima es el padre o madre legalmente reconocida un abusador puede amenazar con revelar la preferencia sexual de la víctima a trabajadores sociales, lo cual puede resultar en la pérdida de la custodia. En el peor de los casos los niños pueden terminar bajo la custodia del abusador.
Todo esto nos lleva a identificar algunos retos que deben ser atendidos al momento de manejar situaciones de violencia doméstica en parejas del mismo sexo. El modelo, generalmente aceptado, del agresor varón y la víctima mujer no puede ser aplicado cuando se atienden estas víctimas. Por tanto, las parejas del mismo sexo enfrentan ciertos impedimentos para que se reconozcan y atiendan sus asuntos de violencia doméstica que las parejas heterosexuales no enfrentan.
- La autoridades carecen, regularmente, del conocimiento sobre cómo manejar la violencia doméstica en casos envolviendo a personas del mismo género. Por ejemplo, un oficial puede pensar que dos hombres viviendo juntos son compañeros de cuartos. El oficial puede fallar en reportar el incidente de violencia porque las dos partes envueltas pueden no estar dispuestas a divulgar el estado de su relación. En algunos casos pueden detener a la víctima y liberar al agresor porque esta última puede ser más pequeña.
- Las parejas del mismo sexo pueden carecer de los recursos necesarios para ayudarles a salir de las relaciones abusivas. Mientras que los albergues de violencia doméstica parecen estar aumentando su nivel de respuesta a las necesidades de víctimas lesbianas, las víctimas gay varones son rara vez admitidos. Los servicios de este tipo para hombres gay son prácticamente inexistentes.
Se necesitan cambios en las políticas públicas para atender los retos que que enfrentan tanto víctimas como sobrevivientes de violencia doméstica en parejas del mismo sexo. Estos incluyen:
- Una nueva interpretación legal de las leyes existentes de violencia doméstica a todos los niveles del gobierno que incorpore a las parejas del mismo sexo dentro de las definiciones de violencia doméstica y sus partes relacionadas.
- Proveer fondos a nivel local, estatal y federal para educar a los proveedores de servicio de las agencias de ley, orden y servicios sociales sobre las personas LGBT, establecer programas de prevención de violencia doméstica en parejas del mismo sexo, y apoyo organizacional que atienda específicamente este problema.
- Ordenar adiestramientos de competencia cultural para organizaciones que reciben fondos federales para implementar programas de prevención y/o tratamiento en esta área.
Conclusión:
La violencia doméstica entre parejas del mismo sexo es un serio problema de salud pública. Las víctimas de estos problemas enfrentan retos añadidos cuando intentan recibir ayuda, como se ha señalado arriba. Un número mayor de víctimas gay y lesbianas están reportando sus experiencias gracias a que ha aumentado la aceptación del público general sobre las relaciones del mismo sexo. Aún así, permanecen barreras para un tratamiento equitativo de estas parejas. Los sobrevivientes de la violencia doméstica de parejas del mismo sexo pueden recibir el reconocimiento y la ayuda que necesitan con mayor investigación, mejores adiestramientos para los oficiales de ley y orden, y mayores fondos para tales programas.
¿ES DIFERENTE LA VIOLENCIA DOMESTICA EN PAREJAS LGBT?
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