DE LA HOMOFOBIA Y LA AUDIENCIA DE IDOL PUERTO RICO

Por: José Joel Delgado

Nos jactamos de que en Puerto Rico no existe el discrimen por orientación sexual, pero lamentablemente, no tan solo los homosexuales son víctimas de la homofobia indiscriminada de algunos heterosexuales, sino que son víctimas de la homofobia internalizada que existe en todos los sectores de la misma comunidad LGBT.

“Pero esa loca es más mujer que nadie”. “Por gente como esa es que a los gays no nos respetan”. Estas son algunas de las expresiones que hacen muchos homosexuales sobre otros. Las mismas expresiones que escuchamos de gente straight a los que luego llamamos ignorantes y retrasados sociales. ¿Por qué exigimos el respeto si nosotros mismos no nos respetamos?

Anoche, mientras navegaba por Facebook y Twitter leía comentarios y reacciones a la competencia Idol Puerto Rico que además de pena, me daban vergüenza. ¿Cómo es posible que una persona que se dice a sí mismo homosexual y que es víctima de discrimen por vivir su sexualidad, atente contra la dignidad de otra persona que día a día vive el mismo calvario? Más aún, como se atreven a pedir respeto e igualdad de derechos si son los primeros que se denigran ante la sociedad. Es mucho peor un gay homofóbico que un straight con la misma condición. Por locas o ponkas como esas no es que no respetan a la comunidad LGBT, sino por gays que auspician, promueven y exhortan a vivir una homofobia internalizada como si fuese un chistesito.

No nos quejemos si un Rivera Schatz nos llama torcidos. No nos quejemos cuando algún pastor recomiende meter a los depravados en un cerco electrificado para que se mueran de hambre. No nos quejemos cuando maten a otro Jorge Steven, a un Daniel Zamudio, a una Karlota Brown o a una Ashley. No nos quejemos cuando prohíban la Parada de Orgullo Gay o cuando no nos den trabajo por ser del otro la’o. Después de todo criticar las homosexualidad del otro es un chiste.

Es muy válido el argumento de que en el muro de Facebook escribimos lo que nos da la gana y que si a los demás no les gusta no lo tienen que leer. Muy cierto que existe la libertad de expresión, pero esa libertad termina cuando comenzamos a utilizarla para atacar la dignidad de las demás personas. Debemos tener cuidado con lo que expresamos, mayormente en la redes sociales. Postear algo en Facebook es como gritarlo en una plaza pública.

Utilicemos ese espacio para abrir puertas a la igualdad y al respeto que todos y todas nos merecemos como seres humanos. No echemos por la borda el trabajo que otros hacen todos los días por cada uno de nosotros sin que se lo pidamos. El día que todos y todas nos reconozcamos como parte de un conjunto, de una comunidad, y comencemos a remar para el mismo sitio, entonces de esa forma lograremos que Puerto Rico progrese y las huellas del discrimen queden como una historia triste que solo se cuenta y no se vive.

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