Por: Calixto Negrón
Durante los primeros años de mi vida me aferré a Puerto Rico como quien se aferra a lo único que tiene. Como quien espera encontrar oro en la más rústica mina. Poco a poco los años fueron pasando y comprendí con tristeza que mi peor enemigo era lo más que quería. Por ser homosexual he tenido grandes desilusiones.
A veces he tenido que reír como el payaso y resignarse a que no todo va a ser bueno en esta vida. Pero algo siempre ha sobresalido en mi y es que no soy de los que acepta la derrota nunca. No Soy de los que inclinan la cabeza por el mero hecho de no pensar como la mayoría. Las mayorías para mi son como el coro de los grillos, que no necesariamente cantan en acorde y no necesariamente tienen la razón.
Desde la distancia miro a mi país y lo miro con dolor y pena. Lleno de sus turbulentas discusiones, porfías y desaciertos. Y aunque puede que no sea el único lugar en la tierra con problemas, pero me duele mas porque es el mio. Es la tierra donde nací, es la raza que llevo en mis venas. Yo soy puertorriqueño. Pero debo confesar que aunque estamos al dia en la medicina, noticias, eventos y en comunicación, por otro lado estamos atrasados en lo que a derechos se refiere. Queremos ocultar el desprecio con el disfraz de lo conservador. Preferimos pensar que lo que no nos parece correcto es vergonzoso. Si Ricky Martin no fuera la figura pública que es, sería uno más despreciado y humillado por la mayoría. Y digo esto porque conozco a una joven que tiene estudios y preparación para trabajar en el departamento de justicia criminal, pero por su apariencia lésbica no le dan trabajo en ningún sitio.
Y como ella existen muchas otras personas que dan la talla para hacer de Puerto Rico uno mejor, pero nuestro prejuicio y nuestra hipócrita manera de ver las cosas nos hace un pueblo inculto y desordenado. El país de los prejuicios. El país de los chismes y de las contiendas. Un lugar en donde el matrimonio esta derrota, las Iglesias son clubes religiosos de reunión nocturna y los políticos son los hijos bastardos de Estados Unidos.
Recuerdo los días de mi adolescencia allá en mi adorado pueblo. Me gritaban “pato” Tuvo que venir Estados Unidos a cambiar la ley de la sodomía para que nos pusiéramos un poco al margen. Ahora Puerto Rico está que trina por que Obama está en acuerdo con los matrimonios homosexuales. ¿Cuando nos dejaremos de preocupar lo que hace la gente con su trasero y nos dedicaremos a pensar con el cerebro? Por Puerto Rico, por las nuevas generaciones!!!!
Los dejo con ese pensamiento y pongo punto final mojando bien la punta de una de las plumas en el tintero. Porque todavía sigo siendo PATO!!!
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Durante los primeros años de mi vida me aferré a Puerto Rico como quien se aferra a lo único que tiene. Como quien espera encontrar oro en la más rústica mina. Poco a poco los años fueron pasando y comprendí con tristeza que mi peor enemigo era lo más que quería. Por ser homosexual he tenido grandes desilusiones.
A veces he tenido que reír como el payaso y resignarse a que no todo va a ser bueno en esta vida. Pero algo siempre ha sobresalido en mi y es que no soy de los que acepta la derrota nunca. No Soy de los que inclinan la cabeza por el mero hecho de no pensar como la mayoría. Las mayorías para mi son como el coro de los grillos, que no necesariamente cantan en acorde y no necesariamente tienen la razón.
Desde la distancia miro a mi país y lo miro con dolor y pena. Lleno de sus turbulentas discusiones, porfías y desaciertos. Y aunque puede que no sea el único lugar en la tierra con problemas, pero me duele mas porque es el mio. Es la tierra donde nací, es la raza que llevo en mis venas. Yo soy puertorriqueño. Pero debo confesar que aunque estamos al dia en la medicina, noticias, eventos y en comunicación, por otro lado estamos atrasados en lo que a derechos se refiere. Queremos ocultar el desprecio con el disfraz de lo conservador. Preferimos pensar que lo que no nos parece correcto es vergonzoso. Si Ricky Martin no fuera la figura pública que es, sería uno más despreciado y humillado por la mayoría. Y digo esto porque conozco a una joven que tiene estudios y preparación para trabajar en el departamento de justicia criminal, pero por su apariencia lésbica no le dan trabajo en ningún sitio.
Y como ella existen muchas otras personas que dan la talla para hacer de Puerto Rico uno mejor, pero nuestro prejuicio y nuestra hipócrita manera de ver las cosas nos hace un pueblo inculto y desordenado. El país de los prejuicios. El país de los chismes y de las contiendas. Un lugar en donde el matrimonio esta derrota, las Iglesias son clubes religiosos de reunión nocturna y los políticos son los hijos bastardos de Estados Unidos.
Recuerdo los días de mi adolescencia allá en mi adorado pueblo. Me gritaban “pato” Tuvo que venir Estados Unidos a cambiar la ley de la sodomía para que nos pusiéramos un poco al margen. Ahora Puerto Rico está que trina por que Obama está en acuerdo con los matrimonios homosexuales. ¿Cuando nos dejaremos de preocupar lo que hace la gente con su trasero y nos dedicaremos a pensar con el cerebro? Por Puerto Rico, por las nuevas generaciones!!!!
Los dejo con ese pensamiento y pongo punto final mojando bien la punta de una de las plumas en el tintero. Porque todavía sigo siendo PATO!!!
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CON LA PLUMA DE MI COLA: NUESTRO PUERTO RICO
Reviewed by qpgc
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11:39
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