El PPD se encuentra en una gran encrucijada. Prometió mucho a medio mundo y ahora se encuentra con una plataforma de partido que tiene que cumplir si desean ganar las elecciones en el 2016. Esa plataforma no fue avalada por los fundamentalistas, por lo que no entendemos por qué el PPD esté buscando el favor y la aprobación de este sector religioso que históricamente le ha votado en contra al Partido Popular. Si hay un lugar donde los populares no han podido pescar votos es en el sector de los fundamentalistas. Ellos siempre han sido incondicionales del PNP, pues este partido les dio luz verde en el Capitolio donde paseaban como reyes y príncipes por ambos cuerpos, Cámara y Senado.
El PPD ganó con votos diversos, de todos los sectores que no piensan como los fundamentalistas. Hizo alianzas que llevaron hasta a la alcaldesa Carmen Yulín al poder, algo que ella misma ha reconocido. Obreros, la comunidad LGBTT, dominicanos, madres solteras, la clase trabajadora, los despedidos por la ley 7, sindicatos, tuvo que hacer muchas alianzas, todos esos grupos le dieron la victoria, pues solo no gana ya elecciones. Ante este escenario no entendemos por qué el PPD en la cámara están dando “un pasito pa’lante, un pasito para atrás”. Aprobar los derechos de la comunidad LGBTT y hacernos justicia es algo que está plasmado en su plataforma de gobierno. Si fallan en este punto, los otros grupos que hicieron alianzas deben esperar lo mismo de este partido, que les incumplan. De no cumplir con su programa de gobierno, la derrota del PPD en el 2016 será inevitable. Deben cumplirle a todos esos sectores que con su voto los llevaron al poder confiando en que harían justicia social. No importa como voten en la cámara, los fundamentalistas volverán a hacer su lista negra donde los pondrán a todos los del PPD y al igual que en el 2012, le dirán a sus feligreses que les voten en contra. Por lo que donde menos deben mirar es hacia el sector fundamentalista. Es a la comunidad LGBTT y los otros sectores de la alianza que le dieron el triunfo que el PPD debe cumplirle las promesas que le hizo.
Ver los fundamentalistas orando en la Cámara expulsando demonios de allí, es la evidencia clara de cuan errados están esos movimientos religiosos y cuan atrasados en pensamiento e ideas. El siglo XXI exige mentes avanzadas, gente que se atempere a los tiempos que vivimos, líderes que gobiernen en base al derecho y no a la medida de una determinada religión. Es tiempo de que se haga valer la separación de Iglesia y Estado. Aprobar el PS238 tal y como bajo del Senado es lo correcto y es lo menos que esperamos de ellos. Esperamos y confiamos que no cedan a la presión religiosa que tanto daño le está haciendo a la democracia en este país.
LA ENCRUCIJADA DEL PARTIDO POPULAR Y LOS DERECHOS DE LA COMUNIDAD LGBTT
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