LOS PREJUICIOS

por: Dr. Rafael Monserrate

Soy natural de un pueblo del centro este de la isla. Se supone que sea un sitio tradicional. La gente que me conoce y sabe quien soy no le importa cuál es mi preferencia sexual. Esa gente me aprecia por quien soy, no por con quien me acuesto. Esta gente no me juzga, me acepta por lo que les doy cuando me relaciono con ellos.

Muchas personas que tienen fuertes prejuicios contra las personas LGBT desarrollan y mantienen los mismos en base a lo que líderes religiosos o conocidos les dicen. En muchas ocasiones no tienen experiencias vívidas de compartir con personas LGBT. Desarrollan actitudes negativas porque les dicen que las personas LGBT están en pecado, o los desinforman diciéndoles que queremos atacar a su niños. Nada más lejos de la realidad.

Hay grupos e intereses que retratan a las personas LGBT como la encarnación del demonio mismo, la perdición hecha carne. Sin embargo, cuando conocen y comparten con personas de nuestra comunidad descubren que esos pre juicios no se sostienen. Descubren que somos seres humanos como ellos, con sueños, aspiraciones y deseos de vivir vidas en paz, igual que ellos.

Los prejuicios se alimentan y sostienen por el desconocimiento. La palabra misma lo dice, pre juicio, se establece una impresión antes de tener información para emitir un juicio informado. Se forma un juicio por información que se recibe. En ocasiones esta información es manipulada con toda intención por personas que solo interesan obtener poder inculcando miedo en la mentes de otras personas. Sobre eso no tenemos control.

Pero sí tenemos control sobre cómo nos relacionamos con el otro. No tenemos que ser iguales, solo demostrar que más allá de posibles estilos de presentarnos, no somos diferentes. Definitivamente preferimos compartir íntimamente de forma diferente, pero más allá de eso, no nos diferenciamos en nada. Queremos vivir en paz, amar, ser amados, compartir, reír, si es necesario llorar al igual que todo ser humano.

No interesamos conquistar el mundo. Tampoco queremos cambiarlos, ni que sean como nosotros. Solo queremos poder convivir en un mundo con tolerancia a las diferencias. Vivir en paz todos juntos.

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