Profesional Sexual
"Soy profesional, solamente busco sexo."
Si piensas que el epígrafe lo pronuncian los profesionales del sexo (mejor conocidos como prostitutos) no estás tan lejos de la realidad, pero no es de esa tantas veces involuntaria realidad de la que hablaremos.
Hablaremos de una nueva voluntaria realidad adoptada como modalidad por un grupo mucho más selecto y aceptado de personas.
El prostituto hace dinero dedicando su tiempo al sexo profesional. El profesional del que hablaremos dedica su tiempo al dinero y hace sexo como prostituto.
Lo que está en juicio no es disfrutarse el sexo, sino el trato a la contraparte como clientela o en este caso como mero objeto de disfrute. Tampoco está en juicio la frecuencia o el contexto, sino la actitud, la hipocresía, la lógica errada, en sumatoria la moralidad profesional.
Si eres familiar con frases como "soy alguien bien ocupado...mi única prioridad es trabajar/estudiar...no tengo tiempo para algo serio...solo busco pasarla bien y disfrutar sin compromisos por...(las anteriores)" o las formas agringadas "solo hookups...cuddlebuddy...fuckfriend" (acompañadas de las anteriores como justificación) sabes de lo que hablo.
Irónicamente de las egregias y humanistas universidades es que provienen la mayoría de los profesionales con esta actitud. Mientras más agringada la universidad o la profesión, más probable la actitud. Si te dicen la frase en inglés o la explicación viene con un MA/MS/MBA o peor con un PhD/JD/MD ya la cosa es crítica.
Mientras más alto el sentido de "valor propio" o mejor dicho de "entitlement", ya que esto último es lo que en realidad es, más insufrible e ilógico el razonamiento y contradictoria la conducta.
El factor en común es la educación, incluso más que el dinero. Y no tanto el campo educativo sino el prestigio de la institución y el nivel de educación. Extrañamente la combinación de educación y desencanto (cinismo) lleva a la conclusión simplista de descartar nociones "románticas" como si fueran anti-intelectuales/lógicas.
En NY mi experiencia ha sido la misma que aquí, los que se hacen los más ocupados simplemente son los mas creídos o en realidad los más miedosos.
Hay una diferencia entre decir "estoy ocupado y necesito alguien que comprenda eso" que decir yo soy la persona más importante, nadie vale ni siquiera un poquito de distracción del trabajo, tengo miedo a involucrarme, tengo derecho a escoger, demuéstrame lo que vales, etc.
Al igual que aquí, allá se refugian mucho en los trabajos para evitar el desastre del dating. Interesantemente allá uno de los factores más importantes es vivir cerca, algo que en PR, por lo menos en el área metro, es casi irrelevante.
Estos profesionales son personas tan ocupadas que se pasan metidos en clubes (más straight que gay, pues las barras gay están "beneath them" -al menos hasta que les entra la bellaquera después de la medianoche-), pueden ir religiosamente al gym y no son extraños a grdr y otros sites y aplicaciones que resultan tantas veces ser poco más que instrumentos de matar el tiempo.
En Nueva York fue donde por primera vez leí la palabra "cuddlebuddy". En esa ciudad fue donde más patente se me hizo la distinción entre la actitud de los profesionales y los demás. En una ciudad donde las clases sociales son tan variadas y estratificadas y donde los niveles profesionales e intelectuales tienen tantas escalas y cliques vivir cerca de Columbia University es revelador.
Ver Grdr lleno de "CU" como identificador me recordó todas las veces que he visto gente que se autoidentifica como Ivy graduate como principal rasgo introductorio. Si bien es en comprensible que las personas quieran tener cosas en común y quizá hasta en ciertos casos tengan necesidad o interés en mantenerse o ascender en grupo económico, otra cosa completamente diferente es la actitud meramente elitista.
Nuestras elites profesionales cuando confrontadas con su oferta sociosexual a veces cándida y a veces forzadamente admitirán que si apareciera alguien que "valga la pena" pues estarían más que dispuestos a considerar opciones menos superficiales.
Pero el que "valga la pena" de por si refleja varias cosas. Amor como sacrificio, penalidad. Valor como algo que tiene que ser probado, no como inherente a toda persona. Entonces el valor de la pena se mide en contraposición a lo otro que valoran, que es el tiempo medido en "productividad".
Si el potencial solicitante no vale lo mismo en productividad pues no debe ni hacerse ideas. ¿Y cómo alguien que no estás dispuesto a conocer prueba su productividad? Quizá con títulos, bienes, apellido. Quizá con una buena conversación online o un polvo semianónimo. La química puede surgir de cualquier lugar, es verdad.
¿Pero qué es lo que en toda probabilidad puede atraer la predisposición como tal? En otras palabras, hablemos de oferta y demanda. ¿A base de qué "x" que vale la pena va a demostrar su valor a "y" que dice que no tiene tiempo y que solamente busca algo pasajero?
¿Y para qué siquiera considerar el asunto, si polvo fugitivo es lo más que hay en los lares gays?
Si nuestras elites piensan ilógicamente y actúan con el mismo desenfreno y sin diferente propósito, qué las hace pensar que son tan especiales.
Al revés, si tras que genéricos, predecibles, aburridos y llenos de clichés me tengo que chupar su elitismo, pues prefiero a un caco, ponka o un revoltoso cualquier día de la semana.
Todo el mundo quiere ser especial, pero nadie quiere ser diferente.
vía Anónimo
PROFESIONAL SEXUAL
Reviewed by qpgc
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