El asesino, Emilio Martínez mató al chico tras encontrarlo, según su testimonio,dentro de su camión y en actitud insinuante.
El jurado decidió ignorar tanto que el asesino y la víctima habían hablado en un bar cercano la noche del crimen, así como que la policía encontró restos de sudor, saliva y sangre de la víctima en la cama del asesino, lo que daría pie a nuevas vías de valoración.
Carlos Espasa, abogado de la acusación particular, manifestó que la sentencia del jurado no se sustenta en la realidad, presentando contradicciones, y quejándose porque "el juicio haya girado en torno a la moralidad" de la homosexualidad del chico fallecido.
O sea que parece que el jurado no juzgó al asesino y sí juzgó al chico por ser homosexual.
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