TERE MARICHAL NOS RETA OTRA VEZ: PA' LA BARANDILLA A CONOCER A CARLA FELIZ

Una vez Tere Marichal, allá en la Tierra de Lilipun con su personaje de María Chuzema, nos retaba a usar nuestra imaginación. Sabía como enseñarnos a pensar diferente, a aceptarnos y obvio a reciclar.

Nuestras manos supo poner a su disposición para llevarnos a inventar cuentos y manualidades. Y, junto a ella, construimos mundos donde su malvada Maluca Maladada, Pecos, Pecas y Juan Bobo jugaban con nuestros personajes.

Pues Tere nos reta otra vez. La experimentada cuentrera, nos paseará, este próximo 2 de febrero, por el mundo de Carla Feliz. Este nuevo relato de Marichal cuenta la historia de un niño que asume su identidad de género al punto que le terminaron llamando “la niña más valiente del vecindario” por defender lo que era.

“No podemos ir por ahí condenando a todo aquel que piensa de forma diferente. No podemos seguir usando las religiones para saciar nuestro deseo de control y poder y juzgar sin reparos a todo aquel que no viva como nosotros queremos”, afirmó Marichal para el periódico Metro Puerto Rico.

Un poco sobre Tere Marichal:

Tere Marichal es una contadora de cuentos, titiritera y escritora de Puerto Rico. Comienza en 1976 trabajando con materiales desechables y contando cuentos mientras reutiliza "la basura" y la transforma en "arte-oro". Crea Los nuevos alquimistas, compañía que presenta teatro.

Obtuvo el premio de Educación Ambiental otorgado por EPA y varios premios y reconocimientos por su trabajo fomentando la narración y lectura de cuentos. Durante 22 años produjo el programa de tv "La casa de María Chuzema" donde todo se desarrollaba en torno a un cuento diario.

Tere es miembro de la Red Internacional de Cuentacuentos.

Aquí Carla Feliz

Carla Feliz

Nació niño, pero era niña.

Era una niña encerrada en el cuerpo de un niño, por eso cuando hizo el descubrimiento no perdió el tiempo.

Se quitó los pantalones y se puso un tutú de su hermana mayor.

Entonces fue muy feliz.

Bailó por toda la casa. Rió como nunca antes lo había hecho y gritó con fuerzas:

-¡Yo soy una niña!

Lo dijo con tanta alegría y certeza que sus padres entendieron enseguida.

Entonces todos comenzaron a bailar por la casa.

Aquella niña fue tan feliz que su cabello comenzó a crecer de momento.

Fue tan feliz que su hermana mayor sacó todas las muñecas y jugaron juntas toda la tarde.

Fue tan feliz que nadie se atrevió a decirle que ella era un niño.

Y desde ese día en adelante todos supieron que ella era la niña más valiente del vecindario.

Aquella niña se atrevió a ser lo que verdaderamente era: una niña.

Y fue sencillo cambiar su nombre. En vez de Carlos, ahora se llamaba Carla.

¡Carla Feliz!