por Luis Ibrahyn Casiano |
Durante años fuimos educados por maestr@s puertorriqueños, el salón y la escuela fue nuestra casa durante una gran parte de nuestra vida. L@s maestros, además de dignos representantes de la pedagogía, muchos fueron nuestros padres sustitutos en una sociedad en la que se vive el desvanecimiento de la familia y donde el estado no reconoce la diversidad que existe en esta, muchos fueron amigos, concejeros y hasta confidentes.
Con nuestros maestr@s much@s tocamos el tema de la sexualidad por primera vez, la alimentación, el crecimiento, la política y hasta como yo, algunos salimos del “closet”. Mi vida sin un maestro, sin mis queridos maestr@s no sería ni la mitad, reconozco que como en todos lados siempre hay quien no merezca ser llamado maestr@, pero cuando pienso en mis 12 años de escuela pública a penas recuerdo a los malos; pues de los que tuve solo puedo contar historias bellas de solidaridad, respeto y dedicación.
Hoy ese magisterio enfrenta al Estado como clase obrera, todos lo enfrentamos, enfrentamos sus políticas neoliberales y clasistas a favor de los grandes intereses económicos por parte de las administraciones coloniales que han gobernado este territorio con escasos poderes, haciendo del Departamento de Educación el patio trasero de nuestra Patria aún irredenta pero indómita. Hoy se atenta contra miles de maestros jubilados, quienes vieron con la llegada de su jubilación la dicha de poder disfrutar en pleno de su familia real, hijos, nietos y hasta de la vejez, hoy esos mismos contemplan la miseria que se aproxima con esta mal llamada “reforma del retiro”. A esto le sumamos los miles de maestr@s que ya contaban los meses y años para irse a casa con la frente en alto, con una pensión que al menos les garantizara una vida digna. También debemos tomar en cuenta ese nuevo magisterio que aflora a pesar de la mediocridad gubernamental y de la crisis educativa del país, que aflora con deseos de cambiar el orden y servirle a nuestro pueblo con nuevas ideas y métodos de enseñanza. Hoy todos nos preguntamos que será de ell@s, de nuestros herman@s, sobrin@s, hij@s y de las futuras generaciones si este gobierno gana esta desigual batalla.
Ante el despotismo de la actual administración solo nos queda concertar la unidad en la acción, tomar las calles y arrancarle nuestros derechos a esas manos que legislan para el amo sentado en Wall Street, el capital. Mis maestr@s, además de enseñarme a leer y a escribir, me ensenaron a luchar con valentía y dignidad. Es una pena que se afecten las clases, pero apoyar este paro es reivindicar a la clase trabajadora que nos dio la sabiduría para que hoy seamos profesionales, hombres y mujeres ilustrados. Apoyar este paro del 14 y el 15 es hacerle justica a miles de niños y jóvenes que asisten a clases en un sistema educativo desgastado, politizado e injusto. Con esta lucha se podría comenzar sin dudas la restauración de un nuevo orden social a través de un nuevo proceso democrático con el pleno derecho a manifestarse. L@S maestros me dieron lo que soy, me dieron mucho más que mi propia familia, yo soy un buen ciudadano, o al menos intento serlo gracias a ell@s, si me preguntas si es justa su lucha, te contesto el 14 y el 15 de enero frente a los portones de alguna escuela, mano a mano con mis maestr@s, en nombre de mis madres, de los que se han jubilado y de los que han fallecido con la esperanza de que la educación se trasforme por el bien de tod@s. Te lo mostraré con lucha junto al magisterio puertorriqueño, motor de nuestra patria, inspiración de nuestros niños. ¡Yo apoyo el paro! ¿Y tú?
Luis Ibrahyn Casiano
ex candidato 2012 a la Cámara de Representantes por el distrito 19
ex candidato 2012 a la Cámara de Representantes por el distrito 19
¿SERÁ JUSTA?
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