¿QUÉ HACE GAY A LA GENTE?

¿Se nace homosexual o se escoge ser homosexual?

La pregunta es simple pero la contestación puede tener implicaciones profundas a nivel de derechos civiles, a niveles académicos, político, legal y de cobertura para los medios de comunicación social. El asunto de la identidad sexual y su desarrollo representan una polémica para la cual la ciencia no tiene aún respuestas claras.

Se constituye además como una controversia donde por un lado se presenta el sector LGBT quienes pueden sentirse más cómodos con la propuesta de causación genética porque si se nace así, es más difícil justificar el prejuicio, rechazo y negación de derechos. Por otro lado sectores conservadores y fundamentalistas prefieren pensar que la homosexualidad es una conducta adquirida. Para ellos la sexualidad representa una dicotomía definida por dos sexos con roles rígidos, hombre y mujer. Toda otra expresión sexual es interpretada como desviaciones de una norma establecida por una autoridad suprema. De esta forma han escogido la sexualidad como campo de batalla contra lo que identifican como atentados contra los valores que promulgan. Pero independientemente de que lo que se defienda, el dato innegable es que la homosexualidad ha existido desde tiempos inmemorables, existe en el presente, y todo parece indicar que seguirá existiendo. Existe entre humanos, existe entre animales, existe en países modernos y en tribus primitivas. Por lo que la pregunta es válida, ¿Qué hace a la gente Gay?

El debate sobre la génesis de la orientación sexual, y por ende de la homosexualidad, discurre entre si se nace o se aprende; si esto es algo de raíces biológicas, o si es social, familiar. La perspectiva biológica no hace juicios sobre la homosexualidad al estudiarla. No se perciben las expresiones sexuales no tradicionales como disfunciones, no se pregunta “¿Qué salió mal?”. Se estudia la variedad sexual como parte de la naturaleza. Contrario a lo que promulgan grupos fundamentalistas existen ejemplos claros de conductas homosexuales entre animales y la documentación y estudio de los mismos forma parte de los esfuerzos por comprenderle. Por ejemplo, los gansos greylad desarrollan lazos sexuales entre machos, esto pueden ser rotos cuando aparecen hembras. Entre los monos bonobos, tanto los machos como  las hembras, practican conductas homosexuales y heterosexuales libremente. Entre las ovejas domesticadas hay carneros que rechazan a las ovejas pero están dispuestos a aparearse con otros carneros. De igual manera existen ejemplos de variaciones sexuales no patologizadas entre humanos. Por ejemplo, a los niños en Sambia, Nueva Guinea, se les requiere que entren en contacto sexual con jóvenes mayores por varios años antes de tener acceso a las mujeres. Curiosamente, muchos de estos niños crecen como heterosexuales.

Hasta este punto podemos señalar libre de dudas que la pregunta, ¿Qué causa la homosexualidad?, sugiere a una simplicidad que no existe. La sexualidad se va definiendo como un proceso en extremo complejo y variado. Inclusive la definición misma de lo que es homosexual puede también variar. Por ejemplo, la expresión de los rasgos atípicos al género (rasgos femeninos en el hombre, rasgos masculinos en la mujer), pueden variar entre individuos, tanto entre homosexuales como entre heterosexuales. Esto es, se pueden observar rasgos femeninos en hombres heterosexuales, y rasgos masculinos en hombres homosexuales, y en base de los rasgos solamente no podemos definir su preferencia. De igual manera puede haber personas que pueden tener sexo con individuos de su mismo sexo y no definirse como homosexuales.

La complejidad del tema se extiende a las expresiones del género y de los rasgos del género, que pueden incluir mucho más que la preferencia de pareja sexual. Pueden incluir preferencia por juguetes, niveles de agresividad, destrezas cognitivas, medidas antropométricas, tamaño de las estructuras y nivel de conectividad en el cerebro, y la actividad dentro de ciertas regiones en el mismo. Más aún, la existencia de un patrón de rasgos tampoco define la identidad de género. Vamos observando de este modo que diferentes mecanismos pueden mediar en la determinación de lo que hace que un individuo sea gay, bisexual, transgénero o heterosexual, y todo esto con características de género variadas.

Hasta el presente, la mayoría de las investigaciones llegan a la conclusión que la orientación sexual es probablemente determinada por una interacción compleja entre la genética de la persona y su ambiente. Pero el foco en la investigación sobre la orientación sexual se mueve hacía las causas biológicas. A continuación incluimos una breve revisión de las investigaciones más importantes de enfoque biológico sobre las causas de la homosexualidad y algunas críticas a las mismas.

Los tres estudios más conocidos sobre la génesis de la orientación sexual, y por tanto de la homosexualidad, han sido conducidos por Simon LeVay, cuyos estudios reclaman haber encontrado una diferencia entre hombres homosexuales y heterosexuales en la estructura del hipotálamo. Bailey & Pillard, que estudiaron la prevalencia de la homosexualidad entre gemelos biológicos y hermanos adoptados. Dean Hamer, quien reclama haber encontrado un enlace entre los marcadores del DNA en el cromosoma X y la orientación sexual masculina. Curiosamente, todos los investigadores, excepto Bailey, se han identificado como hombres gay.

Simon LeVay

En 1991, Simon LeVay estudió el cerebro del cadáver de 35 hombres de los cuales 19 él creía eran homosexuales, y 16 que pensó eran heterosexuales. LeVay admitió que él asumió la orientación sexual de algunos de sus sujetos.

LeVay identificó un grupo de neuronas en el hipotálamo que parecían ser el doble de  grandes en los hombres heterosexuales al ser comparadas con las de los sujetos homosexuales. Sugirió que el tamaño de este grupo de neuronas, llamadas INAH3, podía tener algo que ver con la conducta sexual. Sin embargo, el nunca reclamó haber encontrado una causa genética para la homosexualidad.

Una vez completado su trabajo, LeVay comentó, “Es importante enfatizar lo que no encontré. No probé que la homosexualidad es genética, o encontré una causa genética para ser gay. No probé que los hombres gay nacieron así, el error más común que cometen las personas cuando interpretan mi trabajo.”(1)

Algunos de los colegas de LeVay han puestos en duda su trabajo señalando que los cambios en estructuras del cerebro pueden ser resultado de la conducta homosexual, en lugar de su causa.

El Dr. Kenneth Klivington, autor del libro “La Ciencia de la Mente”, le señaló, “Existe un cuerpo de evidencia que demuestra que los sistemas neurales del cerebro se reconfiguran ellos mismos en respuesta a ciertas experiencias. Por tanto, la diferencia en estructuras del cerebro de homosexuales puede ser un resultado de las condiciones conductuales y ambientales.”

Bailey & Pillard

J. Michael Bailey y Richard Pillard publicaron un estudio en Archivos de Psiquiatría General en diciembre 1991, sobre la prevalencia de homosexualidad en gemelos.

Estudiaron 56 pares de gemelos idénticos, donde al menos uno era homosexual y encontraron que en 29 de ellos (52%) ambos eran homosexuales. Encontraron además, que en 12 de 54 pares de gemelos fraternales (22%) ambos eran homosexuales, y en 6 de 57 pares de hermanos adoptados (11%) ambos eran homosexuales. A partir de estos datos concluyeron que la homosexualidad tenía raíces genéticas.

Anteriormente mencionamos que los factores ambientales pueden impactar el desarrollo sexual. Por tanto no es adecuado para Dr. Bailey y Dr. Pillard determinar si la causa de la homosexualidad de los gemelos estudiados fue genética o ambiental. La bióloga Anne Fausto Stirling, de la Universidad de Boston, señaló, “Para que este estudio tenga significado real, tienes que estudiar a gemelos criados de forma separada.” Si los gemelos hubiesen crecido separados, y ambos fueran homosexuales, se pudiese señalar con menor espacio a la duda de que factores genéticos hubiesen podido mediar en la homosexualidad de ellos.

Más aún, si la causa fuese realmente genética y no ambiental, se esperaría que el 100% de los gemelos idénticos fueran homosexuales en lugar de solo 52%.

Sin embargo, la refutación más significativa de este estudio es la inhabilidad de los investigadores de replicar su propio trabajo. En un estudio dado a la luz pública en marzo de 2000, Dr. Bailey y un grupo de sus colegas utilizó una población australiana de gemelos para conducir un estudio similar con número de concordancias aún menores. Los investigadores estudiaron la mayor muestra de gemelos agrupada para tales estudios. Ellos encontraron que para mujeres, solo 24% eran ambas homosexuales, y para los hombres solo el 20% fueron homosexuales.

Una vez finalizado el estudio los investigadores comentaron, “Consistente con varios estudios de gemelos, encontramos que la orientación sexual es familiar. En contraste con la mayoría de los estudios previos de orientación sexual en gemelos,  el nuestro no proveyó apoyo estadístico significativo para la importancia de los factores genéticos para ese rasgo. Esto no quiere decir que nuestros resultados apoyan estimados de que la influencia de la herencia sea cero, pero nuestros resultados no los excluyen tampoco.”

Dean Hamer

Dean Hamer del Instituto Nacional del Cáncer estudio 40 pares de hermanos homosexuales y encontró que 33 de estos tenían el mismo patrón en la punta del cromosoma X conocido como Xq28. Hamer estimó que este patrón era responsable por la homosexualidad desarrollada en 64% de los hermanos que él estudió.

Al igual que el estudio de Simon LeVay, es difícil determinar si los cambios en la estructura del cerebro fueron resultado de la conducta homosexual, o la causa.

George Ebers, de University of Western Ontario intentó replicar el estudio de Hamer. Examinó 52 parejas de hermanos gay y no encontró conexión entre el patrón de Xq28 y la homosexualidad de estos sujetos. El propio Dr. Hamer comentó luego de finalizar su estudio, “Estos genes no causan que las personas se tornen homosexuales… la biología de la personalidad es mucho más complicada que eso.”

Sin embargo, lo más interesante de este estudio particular es que aún a pesar de los comentarios finales del Dr. Hamer algunos medios cubrieron la historia con encabezados sugiriendo que se había descubierto un gen gay de forma inequívoca. Tanto en el The Wall Street Journal (2), como en Associated Press (3), la noticia fue cubierta señalando al descubrimiento de un enlace genético para la homosexualidad.

Mientras más estudios se revisan más nos convencemos de que al presente no existe contestación definitiva para la pregunta, ¿Qué hace a la gente gay? Pero de algo estamos claros, se observa un énfasis en los enfoques biológicos para explicar los orígenes de la orientación sexual. Si bien podemos comprender las "ventajas" de encontrar explicaciones de corte biológico para la conducta, también estamos claros en que existe una sobre valoración de la biología en la determinación de lo que somos. Si bien somos en principio animales biológicos, el animal humano se desarrolla y define dentro de otro ámbito, el de los significados. La parte biológica es necesaria para que este otro ámbito funcione, pero no determinante. En términos generales, los genes, por sí solos, no determinan conducta. Pueden definir pre determinaciones pero su influencia se activa dentro contextos de estimulación sociales, políticos y culturales. Así que parece que ni uno ni lo otro por sí solos.

Como nota final quiero mencionar que tengo conocidos que me han relatado que desde muy niños ya sabía de su homosexualidad, mientras que otros me hablan de haberla descubierto ya de adultos. En referencia a esto recuerdo que hace algún tiempo cuando alguien me preguntaba porque alguna gente era homosexual les contestaba: Ser homosexual es como llegar a Caguas, puedes llegar desde Gurabo, desde Cayey, o Cidra, Río Piedras, o San Lorenzo.

Por: Dr. R. Monserrate

1.     “Sex and the Brain” Discover, March 1994, Vol. 15, No. 3, p. 64.

2.     “Research Points Toward a Gay Gene,” The Wall Street Journal, July 16, 1993, p. B1

3.      “Study Finds Genetic Link to Homosexuality,” Des Moines Register, July 16, 1993, p. 6A.