En 2012, en la competencia de canto llamada “The Voice”, un joven impresionó a todos con su voz y calidad interpretativa, se llamaba Jamar Rogers. Posteriormente Rogers hizo pública una historia de adicción al cristal-meth, y su diagnóstico como persona VIH+ en 2006. Su historia acaparó titulares alrededor del mundo.
El abuso de sustancias no es una condición extraña al VIH. Muchas personas llegan a ser VIH como resultado de un problema de abuso de sustancias. De igual manera, muchas personas que son VIH+ comienzan a utilizar sustancias como parte de estrategias inadecuadas de manejar su diagnóstico. Los números de la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental de E.U. (SAMHSA por sus siglas en ingles), confirman la relación entre ambas condiciones. Según SMHSA cerca de 25% de todos los estadounidenses con VIH/SIDA necesitaban tratamiento para alcohol o drogas ilícitas.
De acuerdo a Perry Halkitis (PhD), profesor de la Universidad de Nueva York, el abuso de sustancias se convierte en una conducta adaptativa de muchas personas con VIH. Según Halkitis, “Vivir con VIH no es sólo una condición médica. Es una realidad social y emocional, y el uso de sustancias hace sentir que se aminora los sentimientos negativos sobre ello. Podemos decir que no hay estigma sobre el VIH, pero sí lo hay.”
El problema es que intentar “anestesiarse” con sustancias no es una solución real para manejar el VIH. Peor aún, numerosos estudios han encontrado que el consumo excesivo de alcohol y el uso de drogas son dañinos para la salud física y cognitiva de las personas con VIH, además de que interfieren con la adherencia a los tratamientos.
Es por tanto importante que si se sospecha que se tiene un problema de adicción se pueda identificar y atender el mismo. Para propósitos del presente artículo reduciremos la definición de problemas de abuso de sustancias a dos criterios básicos, primero la pérdida de control sobre el uso de la sustancia. Segundo, la ocurrencia de cambios en la personalidad del usuario cuando consume la sustancia.
En el primer caso estaríamos hablando de que el usuario no es capaz de controlar cuánto y/o cuando consume; le cuesta trabajo parar una vez comienza a consumir la sustancia. Por ejemplo, el sujeto pensó “darse un par de palos” o consumir solo una bolsa de cocaína, y cuando tomo conciencia se había intoxicado consumiendo mucho más de lo que había pensado y gastando mucho más dinero del que podía gastar: perdió el control.
En el segundo criterio la personalidad del usuario o consumidor cambia cuando está bajo los efectos de la sustancia. Entre los posibles cambios de personalidad que pudiésemos observar se encuentran personas tranquilas que se tornan agresividad y/o ofensivas, o personas que se hipersexualizan entrando en conductas sexuales de alto riesgo con extraños; riesgos que no se tomarían estando sobrios.
Pero una cosa es identificar el problema de abuso de sustancias y otra cosa tomar la decisión de hacer algo al respecto. Si bien es cierto que algunas personas pueden tener cierto nivel de consumo de alcohol, e inclusive de algunas drogas (como por ejemplo marihuana) sin llegar a perder el control, también es cierto que hay personas que al primer contacto con alcohol o drogas pierden todo control. Es imprescindible que la persona afectada no se mienta a sí mismo ni niegue su problema. De igual manera los familiares y amigos deben ayudarle a no evadir ni negar su problema.
Podemos pensar en las sustancias como una pareja que te ofrece cosas maravillosas, que te llena de fantasías, y no te cumple. Los problemas de abuso de sustancias no se resuelven solos, si no son atendidos casi siempre empeoran. Así que si sospechas que tienes un problema de abuso de sustancias busca ayuda. Entre los sitios donde puedes buscar ayuda están los grupos de alcohólicos anónimos y narcóticos anónimos. También puedes recibir orientación en la línea de ayuda de ASSMCA (1-800-981-0023). Si eres VIH+ puedes buscar ayuda en el centro donde recibes ayuda para tu condición.
La ayuda está disponible, úsala y vive con más calidad.
ABUSO DE SUSTANCIAS Y EL VIH
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