En noviembre de cada año, en Juchitán, Oaxaca, México, se celebra la Vela de las Auténticas Intrépidas Buscadoras de Peligro. Es el certamen de belleza de las muxes. Las muxes no son mujeres, no son hombres, no se consideran gay; son otra cosa
Las Muxes son parte integral de la cultura de Zapotec, en Oaxaca, México. En términos generales se les llama muxes a las personas nacidas con sexo masculino que asumen roles femeninos en cualquiera de los ámbitos social, sexual y/o personal. Pero la realidad puede ser más compleja. A primera impresión parecen ser hombres vestidos de mujer, algunas se han realizado implantes de senos, otras trabajos en sus narices, pero la mayoría lleva cabello largo, vestidos y algún maquillaje.
Se dice que el fenómeno de las muxes existe desde tiempos precolombinos. La cultura muxe es muy común en Juchitán, una de las ciudades más distante de las grandes urbes, la globalización y la industrialización ubicada en el estado de Oaxaca. Esta ciudad se constituye por un núcleo de poblaciones originarias o indígenas, cuyos niveles de alfabetización son bastante bajos y sus niveles de pobreza muy altos. Al estar alejada de la globalización, Juchitán conserva ciertos valores culturales y sociales que no necesariamente son pluralistas o hegemónicos. Como muestra, se encuentra el asentamiento cultural de los muxes.
En la zona, el muxe es visto como un género alterno al tradicional binomio “macho y hembra”. En ese sentido, este tercer género no es visto como homosexual a pesar de tener prácticas que para nuestro contexto son similares al travestismo. La muxes son reverenciadas en su cultura. No todas las muxes trabajan como mujeres, algunas asumen roles más masculinos. Su función principal dentro de su cultura es ser cuidadoras.
La mayoría de ellas comenzaron su adiestramiento desde edad muy joven, inducidas por familiares o amigos. Pedro Martínez Linares, una muxe muy reconocida que comenzó su adiestramiento a los 13 años de edad señala, “Los hijos y las hijas se casan y tienen familias propias, así que la persona que se queda para cuidar a sus padres es la muxe. Por eso son tan valoradas.”
No todas las muxes se visten de mujer, a las que se visten las llaman “las vestidas”. Están también “las pintadas”, estas son menos comunes, se visten con ropas de varón y usan maquillaje.
Pero en lo que coinciden es que la gran mayoría de ellas se reúnen una vez al año para el certamen de las muxes. Una fiesta de 4 días de duración llamada “La Vela de las Intrépidas Buscadoras del Peligro.”
“La Vela comenzó cuatro décadas atrás como una celebración de amistad", explica Linares. “Todo comenzó como una fiesta pequeña, una reunión de seis o siete muxes que se reunían para celebrar la vida que habían compartido. Pero una invitó a otra y así continúo hasta lo que es hoy en día.” Al presente sobre 5,000 personas se reúnen para la celebración. Ahora el enfoque principal es el concurso de belleza.
Interesantemente las muxes no antagonizan con el heterosexismo como lo pudiese hacer un hombre gay urbano. Las muxes se insertan dentro de su cultura y validan el machismo. Dado que la virginidad de las mujeres es tan valorada en sus pueblos, muchos hombres jóvenes tienen sus primeras experiencias sexuales con muxes. No existe ningún problema o prejuicio sobre un hombre que tenga encuentro sexuales con las muxes. De igual manera a las muxes no les interesan sexualmente otras muxes, ni hombres gay, solo varones heterosexuales.
A modo de homenaje a la diversidad incluimos varias fotos de las muxes. En ellas resaltan su alegría, su color y amor por la vida.
LAS MUXES DE OAXACA MÉXICO: LAS AUTÉNTICAS, INTRÉPIDAS, BUSCADORAS DEL PELIGRO
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