SI ME TOCAS, TE LLAMO A LA POLICÍA

Hay gente que grita pidiendo igualdad pero cuando llegan a la casa no son tan iguales na’. Gente que tienen la mala costumbre de gritar a quien dicen amar, de ofender y de maltratar.

Púes lo siento por ellxs, pero ya no hay razón para aguantarles nada. Los cambios aprobados a la ley 54 de violencia doméstica nos hacen más iguales. Iguales fuera de la casa, iguales dentro de la casa, iguales fuera de la cama e iguales en la cama. Así que piénsalo bien antes de gritarme y ni pienses en tocarme para algo que no sean caricias. Esas libras que me llevas de ventaja, esos brazos que desarrollas en gimnasio, úsalos para otra cosa, porque por más fuerte o pesadx que seas, jamás lo serás más que todo el sistema de justicia. Y creeme que me aseguraré que  aunque sea haya un demérito en tu archivo por irresponsable y abusador.

Oye que todo esto no debiese ser necesario, pero la verdad es que hay gente muy linda de cara, las hay también muy cariñosas y las hay muy sabrosas, pero que de repente se bestializan y recurren muy rapiditos a su lengua para ofender, o se les olvida el cariño y pretenden imponer con las manos lo que no pueden con la razón.

Así que no, no, no; mucho te quiero pero ni se te ocurra gritarme y mucho menos tocarme. No me importa tu karate, ni tus grados universitarios. Si te zafas te llamo la policía.

Pero ten claro que no deseo ser mejor que tú, ni estar sobre tí, solo quiero estar a tu lado, mano a mano. Yo no quiero pelear, no me gusta la pelea. Yo no soy un peleador, soy un amador; a mi me gusta amar y ser amadx. A mi se me trata como un sueño que se espera, como una flor delicadísima. Si me tocas hazlo solo para acariciarme, para darme un buen merecido obsequio ó para expresarme tú afecto.

Así que si tienes problemas con el manejo del coraje, darling, busca ayuda. Puede que seas más fuerte que yo, (toma nota) pero si te pasas te llamo la policía.