Como todos saben llegar a los treinta no es fácil. Para unos es la realización, pero para otros es el FIN DEL MUNDO. ¿Pero serán los 30 un asunto único de las féminas que tienen temor a perder su esbelta figura? Pues les aclaro que no. Los 30 son algo más universal de lo que parece. Al menos en esta capitalizada parte del mundo. ¿Se han preguntado qué sucede cuándo un HOMBRE GAY LLEGA A LOS 30? ¿Temen perder su hermosa figura? o ¿Su atractivo para conquistar? ¿Se convertirá uno en un cero a la izquierda? ¿Nacerán nuevos encantos nunca antes vistos? ¿Estaremos confinados, los treintaitones, a no salir de la casa y a pasar todo el día viendo a Caso Cerrado y Laura en América? ¿Cuál es el término correcto para referirnos, somos chamacos, joven adulto o adulto?
Este ambiente gay es más fuerte y difícil de lo que muchos piensan. Pero tener treinta tiene sus beneficios. Generalmente ya , a esta edad, se ha trabajado con la aceptación familiar y se supone que socialmente importe un comino lo que piensen los demás. Ya a esta edad si estás soltero y nunca has presentado una novia en la pasada década vivida queda bastante claro que eres gay. Pero aún así, generalmente cuando los treintaitones no aceptan su nueva etapa viven/hacen unos dramas más fuertes que las novelas de Univisión. Generalmente los dramas van atados al otro día de cuando conocen a un chico más joven que ellos, en algún bar de mala muerte de San Juan. Todo está bien cuando hasta que te preguntan el nombre pero: ¿Qué sucede cuando te preguntan la edad?
Para muchos de nosotros justo ahí comienza el “estarteo”, las neuronas a morir y uno por tratar de no matar el lívido, que ya hay en la cama, piensa en mentir o quizá muchos lo hacen. Pero en una situación que tuve decidí armarme de valor y contesté: “La semana que viene cumplo 30.
El silencio, el silencio….el silencio y como estaba con un nene los suficientemente estúpido este dijo: WAO ESTAS VIJIEJITO PAPI. Y eso es horrible no porque un ignorante pile mierda te emita su juicio sin haber pasado aún por los duros 27, 28 y 29 años, sino porque escuchas lo que una vez tu dijiste al estar en los zapatos del pasado.
Luego el chamaquitos (18+, por si acaso) continuó con su disertación y me dijo:
“Supongo que por la edad te la pasas escuchando Noti-Uno, leyendo el periódico y metido en tu casa aburrido, porque ya no puedes salir y te tienes que comportar como un hombre de tu edad y no como un nene de 21.”
Claro que esto me pasa por creer que si tenía sexo con nenitos me mantendría joven como en la película The Death Becomes Her. Pero nada, WTF, ¿QUE CARAJO DIJO ESTE? ¿Acaso su pasajera juventud le brindaba una capacidad especial sobre los hombres mayores que él? Sin duda esa fue la gota de leche que mojó el calzoncillo. Pero lo más horrible era saber que ya oficialmente estaba al otro lado del espejo y que yo fui él. Pero me daba mucha paz saber que él sería yo en poco tiempo.
Y es que esta nueva juventud “moderna”, que no jugó escondite, tira y tápate, briscas o canicas piensan que leer el periódico o escuchar noticias es una labor exclusiva para “ancianos” de 30 años. Pero ¿cómo se puede superar el trauma de los treinta?
Posiblemente nunca tendremos lo que deseamos o nunca haremos lo que una vez quisimos de adolescentes adultos. Podemos enfrascarnos en tomar algún modelo que nos brinde luz en como comenzar a vivir esta nueva década, como por ejemplo Sex and the City. Unos buscarán/serán como Samantha Jones, con una vida laboral y social exitosa; Miranda Hobbes, con una brillante carrera profesional; Charlotte York, una insufrible mujer que solo piensa en tener la familia perfecta o como Carrie Bradshaw, la perfecta.
Son muchas las interrogantes pero varias cosas tendré claras a los 30. La primera es que no soy un chamaquito, soy un hombre adulto, la segunda es que estoy más cerca de lo que quiero ser o voy en crecimiento de lo que ya soy. Que yo soy mio y no tengo ni debo temer la opinión de nadie. Que tengo la capacidad de mandar a quien sea pal carajete sin temor al qué dirán. Se me hace muy claro que ahora la disco no será el lugar para buscar quien me paga una cerveza sino que yo escogeré a quien se las pago.
Estaré claro que tanto tiempo teniendo sexo me han hecho un erudito en el tema y que me puedo echar cualquiera al cuerpo. Ahora si busco estar con un chamaquito será por que yo me lo regalo y no una extensión de mi ego. Sabré identificar cuando me vienen con un cuento mongo y de solo ver a alguien a los ojos será suficiente para saber su verdad. Lo mejor será que me podré parar en la disco y reirme de mi pasado y tendré la certeza de que soy dueño de mi futuro.
En pocos días los treinta tocarán a mi puerta para solo recordar que dentro de poco tendré 40.
por Jonh Mcgowan Torres
Sobre el autor
30 AÑOS, ¡CASI NÁ'!
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