“Divide e impera...”
Por siglos se ha utilizado la estrategia de dividir al enemigo porque es más fácil vencer a muchos enemigos pequeños que a uno grande y poderoso.
Se divide haciendo que la gente se pelee entre ellos mismos para que pierdan de vista la meta grande. La lucha por la igualdad de derechos LGBT en Puerto Rico ha enfrentado esta estrategia. Toda persona, grupo u organización que ha intentado adelantar la lucha por derechos LGBT en Puerto Rico ha enfrentado, en algún momento, critica, oposición o boicot de otras personas, grupos u organizaciones que luchan por los mismos derechos. Estas peleas entre personas que luchan por las mismas metas son las luchas pequeñas.
Se supone que nadie tiene el monopolio de la verdad. Pero parece que hay personas que no lo saben. Muchas de las luchas pequeñas son justificadas por las mismas personas amparadas en que la otra persona lo está haciendo mal. Claro, quien critica asume que él o ella sí sabe cómo se hace. En una lucha coordinada toda batalla cuenta. Puede que no se esté de acuerdo con una estrategia específica pero no se boicotea u obstaculiza. En el mejor de los casos se le apoya aunque no se esté de acuerdo.
Pero un problema mayor es cuando lo que subyace a la lucha pequeña es el afán de protagonismo. Esto es que si no estoy yo al frente, no voy. Esto no solo es mezquino, sino que además es hipócrita; se predica un discurso de cohesión pero se practica uno de separación.
La lucha pequeña se puede analizar desde una perspectiva política macro. Muchas de las decisiones más importantes a nivel político y económico que afectan a Puerto Rico se toman por instituciones de E. U. Cuando un país es controlado por otro se le llama colonia. En las colonias hay un déficit de poder local porque el poder mayor lo conserva la metrópolis. A la colonia se le conceden poderes locales marginales. Los pequeños líderes locales desarrollan luchas pequeñas para administrar los pequeños vestigios de poder que les han permitido y beneficiarse personalmente. Los líderes grandes libran luchas grandes para retar todo el estado de injusticia en que viven.
La lucha pequeña se hace concreta en el diario vivir de la gente. Desde la draga que critica a la otra porque es un coco, los pseudo intelectuales que critican a la gente que va a discotecas porque son unos superficiales, los que no leen diciendo que los que leen libros son unos aburridos, que si los que no leen son brutos, que si este líder quiere controlarlo todo, que si el otro le gusta la cámara.
Desde las barras que no se hablan una con la otras, hasta organizaciones que no se unen pon puro chisme. Ni los intelectuales LGBT se escapan de las luchas pequeñas cuando en lugar de apoyar el trabajo de otra gente de la comunidad utilizan los espacios públicos para criticar su trabajo incluyendo comentarios personalistas.
Desde las barras que no se hablan una con la otras, hasta organizaciones que no se unen pon puro chisme. Ni los intelectuales LGBT se escapan de las luchas pequeñas cuando en lugar de apoyar el trabajo de otra gente de la comunidad utilizan los espacios públicos para criticar su trabajo incluyendo comentarios personalistas.
Lo importante no es que algunas de estas cosas sean ciertas o no, o que sean la opinión de otros. Lo realmente importante es que esto no debiese de desenfocarnos de la lucha, de nuestro futuro posible: la lucha grande. El problema es que hay discordia y critica por todos lados cuando lo que debiese haber es coincidencia de voluntades por un bien mayor común.
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LUCHAS PEQUEÑAS Y GRANDES EN LA COMUNIDAD LGBT
Reviewed by qpgc
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