Ser pasivo o receptivo en el sexo no es sinónimo de que le gusta el dolor o sufrir. Existe lo que se conoce como el punto G masculino que se encuentra en la próstata. Al ser penetrado por el ano se hace contacto con la próstata estimulando la misma y posibilitando un orgasmo mas intenso.
Ser pasivo tampoco es sinónimo de sumiso. Hay pasivos muy dominantes que quieren las cosas cuando y como ellos desean. Estos son los que exigen que quien penetra la tenga grande, gorda, dura, que no se venga rápido y que lo cojan varias veces. Exigen mucho y colaboran poco, dan órdenes e imparten instrucciones. Lo que tienen en su cabeza es una película porno.
Ser pasivo tampoco tiene nada que ver con el tamaño del pene. Hay activos que tienen penes pequeños y pasivos con unos gigantes, que de hecho se incomodan cuando se lo tocas mucho. Para algunos de ellos es un apéndice incomodo porque llama la atención más de lo que ellos quisieran.
Entre los pasivos se encuentra el pasivo hyper. Este es incansable, insaciable. Le encanta cambiar de posición sexual que si la posición de cabrito en precipicio, que si la vaca muerta o guiando motora. El sexo es todo un deporte que gira sobre un mismo polo.
Entonces encuentras el pasivo depresivo. Este se pone boca abajo en la cama y se queda inmóvil en la cama mordiendo la almohada, agarrado del colchón. Habla poco, en ocasiones ni siquiera hace sonidos.
También podemos ver el pasivo narciso. A este no le importa nadie solo su propia persona. Los demás son instrumentos que utiliza para su propio placer. Le encanta verse en el espejo mientras recibe su dosis. Es posible que pose o camine por el cuarto desnudo para que “observes su belleza” antes del acto.
Existe también el pasivo amargado. En conversaciones casuales dice ser activo aunque lo de pasivo se le nota desde lejos. Casi nunca está satisfecho con su intimidad y se queja mucho de que cada vez hay más pasivos, y lo dice con desprecio. Suele hacer comentarios llenos de veneno de otros acusándolos de ser pasivos.
Como dijimos al principio, ser pasivo no significa que le guste el dolor. Todo lo contrario, ser pasivo es la otra cara de la búsqueda del placer. Recuerda que la intimidad es como un gran "buffet" lleno de platos y manjares exóticos. Cada cual busca el que más le guste según su apetito.
¿QUE TIPO DE BOTTOM ERES?
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